paso del tiempo

Hace bastante tiempo que empecé a aficionarme a la fotografía, y lo hice con una Minolta 7s. Yo apenas debía tener unos 15 años, si llegaba, y me inscribí en una agrupación fotográfica. En aquella época era raro que un chaval de mi edad tuviera una cámara más allá de las compactas que parecían casi desechables, pero yo heredé la antigua cámara de mi padre, la Minolta.

Gracias a la Minolta aprendí a disparar, a medir la luz, a jugar con la velocidad de disparo y la apertura del objetivo, a elegir un carrete adecuado… y gracias a la agrupación aprendí a revelar, a positivar, a saber la magia de la fotografía… (eso si, en b/n). Era aficionado al Tri-X 400 ASA, y mis fotos, de dudosa calidad apenas conseguían asemejarse a las de mis compañeros de agrupación.

Después vino la universidad (o mejor dicho universidades): ocho años estudiando y la vida laboral… y claro está la falta de tiempo me alejó de la agrupación y condenó la(s) cámara(s) al fondo del armario.

Pero hará cosa de un año me pude ordenar la vida y recuperar mi afición por la fotografía, ahora en formato digital, y volver a la agrupación de modo más activo. De la mano de unos amigos supe del mudo lomo y me hice con una spinner 360 para mis momentos nostálgicos…

No hace mucho vi una review de la minolta 7s en el Magazine de lompgraphy y lo vi claro: tenía que recuperar mi Minolta y volverle a dar vida… lo que me faltaba era la excusa para ello…

Y dicha oportunidad me vino de mano de la agrupación fotográfica, que organizó un cursillo para los chicos del instituto en el que colaboré. Dicho cursillo acabó con una salida fotográfica, que aproveché para volver a colgarme la Minolta del cuello, un carrete con que he podido ilustrar este artículo.

escrito por xordiet en 2011-08-02