De Vuelta al Mundo en Analógico: Tokio

Un viaje soñado por un país soñado. La lomógrafa Lola Rufino fue por fin al país que siempre había querido visitar y se trajo a su casa de Canarias muchos recuerdos inolvidables y una Simple Use Camera. Descubre con nosotros su experiencia en Japón.

Mi nombre es Lola Rufino y soy una fotógrafa de Tenerife. Llevaba años queriendo ir a Japón. Soy una auténtica loca de la cultura japonesa y de la fotografía así que había visto muchísimas fotos de los Sakura en flor, de los santuarios sintoístas, de esas calles llenas de neones, etc. y necesitaba fotografiarlos y verlos con mis propios ojos. Después de casi dos semanas recorriendo el país (pasando por Kyoto, Osaka, Nara, Hiroshima) llegué finamente a Tokio, ¡y sabía que como souvenir tenía que llevarme alguna cámara!

Japón es literalmente el país de la fotografía y tanto la digital como la analógica conviven juntas en armonía en todas las tiendas de cámaras, algo que me fascinó por completo, ya que en mi isla natal es muy difícil a día de hoy encontrar incluso carretes o quien te los revele. Dentro de mi ruta de tiendas de fotografía, por supuesto, estaba la tienda Lomography en Chiyoda. Nunca había visitado una tienda de Lomography pero como auténtica friki de esta comunidad que soy, tenía que hacerlo sí o sí, y qué mejor que la de Tokyo ¿no? Después de fascinarme con la decoración del sitio y la amabilidad de los vendedores, decidí comprarme la Simple Use Camera para utilizarla el resto del viaje. Creía que sería un bonito recuerdo el luego revelarlas, una vez de vuelta en Tenerife, y recordar cosas que no fotografié con mi cámara digital.

Un momento divertido del viaje con la cámara fue cuando se me mojó con un poco de té verde que había dejado medio abierto en la mochila sin querer, pero nada más lejos de alarmarme, pensé que las fotos quedarían aún más interesantes. Los colores del carrete Lomography Negativo Color 400 + té verde = ¡acierto total! Me recordó a las film soup que hace Carlos Baselga así que sabía que tenían que quedar marcas interesantes en las fotos y colores extraños.

En Tokio puedes ver a fotógrafos japoneses (y a un buen puñado de turistas boquiabiertos) con cámara en mano en el metro, en el cruce de Shibuya, en las callejuelas de Shinjuku... ¡en todos lados!. Se respira un ambiente fotográfico que no se pueden imaginar. Es un hervidero de imágenes. Yo aprovechaba cualquier oportunidad para ir con la cámara digital en una mano y la Simple Use en la otra. Mires donde mires, hay una foto. Al principio, me tocaron días un poco oscuros, aunque el ISO 400 de la cámara actuó bastante bien.

El día que más fotos saqué con la cámara fue cuando fuimos a visitar Chidorigafuchi, un foso lleno de cerezos en flor cerca del Palacio Imperial. Justo estábamos en el fin de semana de mayor apogeo de los Sakura (¡qué suerte la mía!) y los japoneses disfrutaban haciendo Hanami con sus amigos y familiares. Las fotos hablan prácticamente por sí solas. La belleza de tantos árboles en flor se me ha quedado grabada en la retina para siempre, pero también por suerte puedo rememorarla viendo estas fotos. Son mi souvenir más preciado.

Han pasado ya 8 meses desde que fui a Japón, y no puedo esperar a volver el año que viene para fotografiar el Momiji y quedarme por una temporada un poco más larga.

Gracias a Lola Rufino por contarnos su experiencia y compartir sus preciosas fotos. Si quieres ver más fotografías suyas, pásate por su LomoHome o cuenta de Instagram.

Y si te apetece llevarnos De Vuelta al Mundo en Analógico escríbenos a ciel.hernandez@lomography.com con tu aventura. Lee las pautas aquí.

escrito por tatianapons el 2019-12-17 #equipo #gente #lugares