Sueño

1

El piloto naranja iluminaba el interior del coche desde ya hacia mucho rato.
Era la madrugada de una noche fría y de niebla que hasta la luna prefería estar escondida y acurrucada en su casa.
Preocupado, miraba a uno y otro lado buscando infructuosamente algún indicador de donde poder repostar.

Credits: ram

Empezaba la aurora a aparecer con sus dedos rosados, cuando me pareció ver una luz cerca de un camino adyacente a aquella carretera comarcal. En mi desaparición avance por aquel terroso camino hasta que un edificio de piedra que surgió ante mi.
Su única iluminación era una desvencijada farola sin forma de la que solo se percibía su vibrante luz amarillenta.

Credits: ram

Bajo esa tenue luz se percibían unas figuras que inmóviles se encontraban en fila.
Como si esperaran algo.
Les llame elevando el tono de voz hasta casi gritarles pero
no me respondieron.
Pisando la maleza que crujía ante la escarcha de la mañana me fui acercando.
Sus siluetas fueron creciendo pero a su vez se hacían más borrosas.
Apresure el paso intentando ignorar los escalofríos que recorrían
mi cuerpo.

Al llegar donde creía que estaban. Habían desaparecido. El rojo sol asomo por el horizonte, y mis ojos devoraron el primer

rayo para descubrir que estaba pasando.
Aquel edificio de piedra se mostró ante mi con aquella primera la luz, pero no ya compacto y cerrado, sino
destrozados sus muros, su esqueleto de metal de techo, y un árbol dentro que había crecido abandonado por el tiempo.
Donde las sombras de la noche me habían desafiado, no había sino el anden para una vía que ya no existía desde antaño.

Credits: ram

Busque a mí alrededor primero a las bromistas sombras, y luego a todo
aquello que pudiera haberme engañado en la oscuridad.
Nada consiguió satisfacerme. Allí no había sino aquel desvencijado edificio.
Corrí como jamás he corrido hacia mi coche, y arrancando me aventure de regreso a la carretera, el sol saliente me cegaba, pero para mi eso no era lo importante.

Credits: ram

Pasado un tiempo hicieron un autovía y ya nunca volví a pasar por aquella carretera, pese a que muchos veces a lo largo de mi vida pensé en volver a comprobar
si aquello que paso existía o no había sido un sueño que confundí con la realidad.
Sin embargo, un sentimiento primigenio , que no tiene nada que ver con el miedo , hacia que mi volante nunca girara hacia allí, y un malestar se apoderaba de mi cuando pasaba por a zona mientras mi mente se preguntaba que o quien esperaba en aquella parada. En la estación del sueño.

Credits: ram

escrito por ram en 2011-03-24

Un Comentario

  1. carolin
    carolin ·

    Tanto tus fotos como tu relato me dejaron los pelos de punta! Existe en ellas ( y en ese lugar, quizás) un dejo de misterio, pero sobre todo mucha melancolía: las sombras son la huella, el vestigio de algo que ya no está.